Arquitectura
La Arquitectura de la Catedral Metropolitana es el resultado de un proyecto desarrollado por varios arquitectos y constructores que, sin embargo, dieron lugar a un conjunto armonioso, a pesar de los muchos años que tardó su construcción. Es un edificio neoclásico, estilo que se impuso en la Nueva Guatemala de la Asunción gracias a esta construcción. Se construyó de piedra, para lo cual hubo que traer maestros canteros de Oaxaca, que formaron a los guatemaltecos.
Los terremotos de 1917-18 obligan a hacer de nuevo la cúpula, las torres y el remate del frontispicio; la cúpula se modificó y mejoró, y las otras partes se rehicieron sin cambios, pero incorporando la nueva tecnología de cemento armado. El edificio está diseñado para que las cargas de la cubierta se desvíen, mediante arcos de mampostería, hacia columnas y muros. Cuando se inició, allá por 1782, era usual que se construyera utilizando mampostería maciza, es decir, piedra, ladrillo y argamasa. La estructura es toda de piedra, mientras que el ladrillo de barro cocido configura los detalles arquitectónicos, las cornisas, etc. En el interior de los muros, se empleó un acabado blanqueado a la cal, pero resaltando algunos elementos o espacios mediante piedra tallada (puertas de ingreso, arcos, columnas, etc.). La cubierta es de bóvedas de ladrillo y cal. El piso está formado por losetas de piedra de dimensiones variables, aunque algunas áreas (las capillas de los santos) poseen piso de cemento líquido decorado y las Capillas del Santísimo y de Nuestra Señora del Socorro cuentan con piso de mármol traído directamente de Europa a mediados del siglo XIX.
La distribución espacial corresponde a la de una iglesia con planta de cruz latina con tres naves (una principal y dos procesionales) y dos capillas en el transepto y en el ábside el coro de los canónigos. Completan la estructura las sacristías y antesacristías, así como la sala capitular y el coro alto. El escalonamiento de las cubiertas permite la apertura de grandes ventanales que dan paso a la luz. Siete son sus puertas exteriores, de las cuales las tres principales se abren al atrio occidental. También existe un atrio lateral, hacia el sur, que da paso a la Capilla del Santísimo Sacramento, donde aún hoy funciona la parroquia local.
Las fachadas muestran claramente los rasgos del neoclásico: simetría, sobriedad, elegancia y dignidad arquitectónica. En el pórtico de la fachada principal se encuentra la escultura del apóstol Santiago el Mayor, con un cayado y una venera, sus atributos de peregrino. Hacia arriba, el hermoso tímpano muestra el escudo de la Iglesia como remate. Para delimitar la fachada principal, en los extremos se sitúan las dos torres de los campanarios. La fachada sur también presenta un estilo sobrio y elegante a la vez, en donde el pórtico de piedra de la puerta está rematado con un escudo coronado con una insignia mariana. La fachada oriental, que mira hacia la 8ª. Avenida, presenta una volumetría aún más articulada que la principal, donde sobresale el ábside.
Al interno del templo, llama la atención la espaciosa bóveda de cañón sostenida por 9 columnas de planta rectangular unidas por arcos y decoradas con pilastras pareadas, dotadas de capiteles (uno compuesto hacia la nave principal y uno dórico hacia las naves secundarias). La bóveda se encuentra decorada mediante resaltes con moldura. En el crucero, las columnas son más espaciosas y de piedra tallada, formando el tambor de la cúpula mayor. La cúpula, de base elíptica, posee dieciséis ventanas rectangulares. En las pechinas de la cúpula, pueden verse las representaciones de los cuatro evangelistas.
La Catedral domina el conjunto de los edificios del complejo, lo cual no resta, sin embargo, importancia a los otros edificios, construidos en el mismo tiempo y con materiales y acabados similares.